
CONVENIO DE COLABORACIÓN ENTRE UPV-EHU y RED RENTA BÁSICA
Trata de impulsar el debate e implantación de una renta incondicional para toda la población
Hace unos días el rector de la UPV-EHU, Iñaki Goirizelaia, y el presidente de la Red de Renta Básica, Daniel Raventós, firmaron un convenio de colaboración para «crear un marco de colaboración para el desarrollo de iniciativas conjuntas en el ámbito de la formación, investigación y sensibilización» de la Renta Básica universal.
En 1986, se fundó la Basic Income Earth (entonces European) Network (BIEN). En 2001 lo hizo la Red Renta Básica en Barcelona. Desde entonces se está impulsando para conseguir que se aplique al conjunto de la población.
En el convenio firmado, entre la UPV-EHU y la Red de Renta Básica, ambas partes han decidido «promover la investigación sobre la Renta Básica y las posibles estrategias de implantación, incluyendo la realización de Trabajos Fin de Máster y de Grado» y, entre otras iniciativas, «promover la comunicación y el intercambio de información sobre la Renta Básica entre personas e instituciones interesadas en la misma; organizar congresos, reuniones y otras actividades sobre la Renta Básica y Editar publicaciones relacionadas con la materia».
A la vez, la UPV-EHU y la Red de Renta Básica desarrollarán «el debate público y la participación social sobre la posible implantación de la Renta Básica en el Estado Español o en alguna de sus Comunidades Autónomas o territorios forales». El convenio ha entrado en vigor y finaliza el 31 de diciembre de 2016, «prorrogándose tácitamente por períodos de un año, salvo denuncia de cualquiera de las partes con al menos un mes de antelación a la fecha de vencimiento».
Hace escasas fechas tres importantes impulsores y analistas de la renta básica: Jordi Arcarons, catedrático de Economía Aplicada de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona; Daniel Raventós, profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona y presidente de la Red Renta Básica y Lluís Torrens economista, profesor asociado de la Escuela Superior de Comercio Internacional-Universitat Pompeu Fabra y Director de servicios de planificación e innovación en el Área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona, mostraron su total vigencia quince años después de iniciar el camino de su implantación.
CRITICAS FRECUENTES
Los tres profesores recuerdan que las críticas más frecuentes que han sido vertidas contra la Renta Básica son cuatro: «que es injusta que la reciban los ricos, y es mejor centrarse en los subsidios dedicados a combatir la pobreza; que mantendríamos a vagos (o la gente no querría trabajar, o aumentaría el parasitismo, o cualquier otra variante del mismo estilo); que no se puede financiar. Y más interesante aún: que una vez presentado un estudio sobre cómo se puede precisamente financiar y contestando en consecuencia a la crítica anterior, entonces se han descubierto algunos objetores agarrándose a un clavo ardiendo “crítico” sobre la propuesta de financiación».
Los tres: Arcarons, Raventós y Torrens señalan que es «una propuesta contra la pobreza, pero va más allá de acabar con esta lacra. Quizás a alguien puede resultarle paradójico, pero siendo una medida que tiene más objetivos que el del muy venerable de acabar con la pobreza, es una propuesta que resultaría más efectiva en este combate que los subsidios condicionados dirigidos a combatir la pobreza». Porque entienden que «estos han demostrado, entre otros defectos, su incapacidad para eliminar la pobreza allá donde han sido practicados».
Hace unos años los tres realizaron un trabajo en Gipuzkoa con datos reales, con la anterior Diputación presidida por EH BILDU, donde se demostraba que «es posible económica y socialmente» dar ese paso, estudio que le precedió otro en Catalunya y uno posterior a nivel del Estado español, pero más impreciso. Sin embargo, los diferentes gobiernos no han sido capaces o valientes de dar el paso que la Renta Básica plantea.
En periodo electoral se cruzaron en el camino político diferentes propuestas que no contemplaban la esencia de la Renta Básica. Los tres profesores universitarios determinan que «aumentaría la libertad de la gran mayoría de la población no estrictamente rica, el poder de negociación de los trabajadores y el de muchas mujeres que dependen materialmente de sus parejas. Además, dotaría de los medios de existencia material a la parte de la población que hoy no los tiene. Porque quien vive bajo el miedo -a perder un puesto de trabajo, a perder un subsidio por escaso que sea, a tener que estar viviendo a merced del marido, por poner solamente tres casos- no es libre. Que es como decir lo que algunos venimos insistiendo desde hace tiempo: quien no tiene la existencia material garantizada no es libre. Garantizar la existencia material a toda la población convierte a la propuesta de la Renta Básica en difícilmente tolerable para los que hoy gobiernan la UE». «La libertad de toda la población que posibilita tener la existencia material garantizada no es algo que jamás haya entusiasmado a burócratas, poderosos, dirigentes corruptos y partidarios de que gobiernen las camarillas ligadas a los intereses oligopólicos. Ni a muchos académicos que adornan con quisicosas más o menos ingeniosas lo que es defensa de intereses minoritarios. Ni a muchos peritos en legitimación que no “ven” la verdad porque, como dejó escrito Upton Sinclair, es muy difícil que alguien vea la verdad cuando se cobra para no verla», precisaron.
Por lo que los tres profesores añaden que «garantizar la existencia material a toda la población supondría unos aires de libertad para la población que es perfectamente previsible que merezca la oposición de quienes tienen muchos intereses materiales en que la realidad no sea así».
SE PUEDE FINANCIAR
Como lo han explicado en estudios económicos, se puede financiar y se trataría de «una inmensa redistribución de la riqueza de aproximadamente el 20% más rico de la población al 80% restante». Además Arcarons, Raventós y Torrens explican que experiencias como la vasca sobre
«la renta de garantía de ingresos (RGI), la prestación complementaria de vivienda (PCV) y las ayudas de emergencia social (AES) son iniciativas que no son capaces de terminar con la pobreza».
Muestran el camino de la renta básica, pero admiten que quienes están al servicio del neoliberalismo no aceptan ese reparto. «No creemos que sea muy necesario añadir que la Renta Básica es incompatible con las políticas económicas que se vienen practicando especialmente en los últimos años que han atacado las condiciones de vida y trabajo de una gran parte de la población», y añaden que la Renta Básica como «es una propuesta de política económica, no es ‘una’ política económica. Una política económica es un conjunto de muchas medidas y la Renta Básica solamente sería una, para nosotros de las más importantes, de esta política económica que apuesta por la inmensa mayoría de la población no rica, justamente lo contrario de lo que está haciendo la actual UE».
Juanjo Basterra