El fraude en comedores escolares repercute en las trabajadoras y las familias

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LAB DENUNCIA RECORTES EN EL SERVICIO, INCLUSO, ANTES DE TERMINAR EL CURSO

Las trabajadoras de comedores escolares se han concentrado delante del Gobierno Vasco en Bilbo para denunciar «los recortes incentivados por el Departamento de Educación. No han pasado ni tres meses desde que la Autoridad Vasca de la Competencia sentenció con una multa de 18 millones de euros a las empresas responsables del servicio de Comedores por estafa en los procesos de licitación». La realidad es que el Gobierno Vasco en vez de impulsar un servicio fundamental para muchos escolares, lo que está haciendo es mercantilizar un servicio y, desde luego, alejarse de la realidad de ofrecer los menús con productos de los baserritarras.

El fraude  que puso en evidencia la Autoridad Vasca de la Competencia con la multa de 18 millones a las empresas repercute en las trabajadoras y en las condiciones en las que se ofrece el servicio de comedores.  LAB insiste en que «en su momento denunciamos estos hechos públicamente recalcando el sobrecoste en ganancias que obtenían dichas empresas, sobre todo en nuestra contratación. Además mostramos nuestra preocupación por las consecuencias que todo esto iba a tener sobre nuestro colectivo, servicio y familias. Pues bien, no vamos a decir aquello de “ya lo avisamos” pero desgraciadamente se ha cumplido. No ha acabado el curso y ya hemos sufrido la primera oleada de recortes en el servicio».

Según explica LAB, las empresas de Comedores Escolares «escudándose en una orden del Departamento de Educación» han decidido reducir la jornada a decenas de monitores y monitoras y precarizar aún más el servicio de comedor.

INTRANSIGENCIA E IMPOSICION
«Después de tantos años regalando dinero a las empresas de catering, el Gobierno Vasco decide rentabilizar recursos a cuenta de las trabajadoras y de la calidad del servicio» y la central sindical lamenta que  «las empresas después de llevarse tanto dinero, modifican los horarios a las monitoras, reduciendo en algunos casos hasta un 40% de la jornada. Todo esto sin respetar los tiempos de comunicación y de una forma verbal».
LAB afirma que esos recortes «no solo afectan al horario del comedor, sino también el espacio que ocupa cada comensal. Precisamente, nos han informado que se ha medido cada mesa para intentar reducir el horario al máximo a un solo turno y amontonar, aún más si cabe, a niños y niñas. Nos reiteramos en lo dicho: los comedores son en realidad comederos de patos».

Según explicaron ayer ante la Delegación del Gobierno Vasco, «como trabajadoras nos perjudica económicamente, pero como profesionales nos preocupa aun más constatar que para el departamento de «Educación» ahorrar en detrimento de la calidad del servicio sea algo natural. Hay que recordar además que las cuotas abonadas por las familias son las mismas durante todo el curso«.
Por último, denuncian que «nos preocupa que la administración pública tan laxa y generosa a la hora de pagar sobre costes a las empresas gastronómicas durante años vea como única vía la aplicación de unos recortes que perjudican a las familias en los meses de jornadas intensivas, que parecen una invitación a prescindir del comedor y que modifican negativamente condiciones laborales de las trabajadoras».
LAB hace una denuncia rotunda ante este modelo de comedor escolar.

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