Informe Ecologistas en Acción:
Aire contaminado por los vehículos y la industria
Los gobiernos no evalúan determinados peligros, ni ponen medios para lograr un aire sano y saludable.
Cada año se registran más de 25.000 muertes prematuras en el Estado español por afecciones derivadas de la contaminación del aire
«La calidad del aire en el Estado español durante 2015» es el título del informe que ha presentado Ecologistas en Acción y que prueba, pese a ciertas apariencias, que cerca de 46 millones de personas respiraron aire contaminado. En Hego Euskal Herria la situación tampoco es óptima y, además, esta organización ecologista destaca la falta de datos, para evitar conocer las consecuencias.
De Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, Ecologistas en Acción ha recopilado los datos de 48 estaciones de control de la contaminación pertenecientes a la red del Gobierno Vasco. «Un tercio de estas estaciones han registrado porcentajes de captura de datos para algún contaminante inferiores a los mínimos establecidos por la normativa, por lo que las conclusiones expuestas en este apartado deben ser consideradas teniendo en cuenta esta insuficiencia de la información de partida» y destaca que en los últimos años se han suprimido las estaciones de Arrigorriaga, Náutica (Portugalete), Elorrieta, Indautxu, Zorrotza (Bilbao), Santa Ana (Getxo) o Getxo (las últimas Elorrieta y Zorrotza), «lo que ha debilitado de manera notable el control de la contaminación en una zona con focos de emisión tan importantes como el Bajo Nervión».

Por lo que se reclama al Gobierno Vasco que «mejore la medición de la calidad del aire» y, en todo caso, «no la empeore en la zona más contaminada históricamente».
Las partículas PM10 y PM2,5 (partículas en suspensión) afectaron principalmente a las zonas industriales del Alto y Bajo Nervión (Laudio, Algorta, Basauri, Erandio, Santurtzi), el Alto Ibaizabal (Durango, Amorebieta) y Goiherri (Zumarraga), además de a las ciudades de Bilbo, Donostia y Gasteiz, «superando el valor medio diario o anual recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque no los valores límite legales».
El trabajo indica que «conviene reseñar la escasa calidad de las mediciones realizadas por la red de vigilancia y control de calidad del aire del Gobierno Vasco en PM2,5, para el que la mitad de las estaciones presentaron porcentajes bajos de captura de datos. Lo que impide realizar un diagnóstico preciso de la situación en Euskadi para este contaminante».
La contaminación por ozono troposférico registró más de 25 superaciones del valor octohorario recomendado por la OMS en 7 de las estaciones de la red vasca, la mitad que en 2014. «Los peores registros se dieron en las estaciones de Jaizkibel, perteneciente a Donostialdea, Eltziego y Valderejo».
La estación de Abanto, en el Bajo Nervión, «conflictiva en años anteriores», no ha medido ozono en 2015. «En Eltziego y Valderejo se sobrepasaron los 75 días de superación. Es decir que si se aplicara el mismo criterio establecido en la normativa para evaluar este contaminante (un máximo de 75 superaciones en tres años), en un solo año se habrían sobrepasado todas las superaciones permitidas durante tres años». En la estación de Valderejo, se superó además el valor objetivo octohorario establecido por la normativa que no deberá superarse más de 25 días al año, como promedio trianual en el periodo 2013-2015.
El informe determina que en la estación citada, una de las cuatro estaciones de referencia en la CAV para la evaluación de los niveles para la protección de la vegetación, se ha superado también el objetivo legal establecido para el ozono durante el quinquenio 2011-2015, y el objetivo a largo plazo se rebasó en 2015 también en las de Mundaka y Eltziego, además de en otras cuatro estaciones no de referencia. Por lo que concluye que «una parte significativa de los cultivos, montes y espacios naturales de Euskadi están expuestos a niveles de ozono que dañan la vegetación. No obstante, en el último año se han reducido muy significativamente los niveles de este contaminante secundario, en contra de la tendencia general en la Península Ibérica».
Respecto al dióxido de azufre, cinco estaciones del Bajo Nervión (Abanto, Mazarredo, Muskiz, Parque Europa y Zierbena) superaron «en más de 3 ocasiones la concentración máxima diaria que la OMS recomienda no exceder nunca; sin que se rebasen en ninguna estación los límites legales para la protección de la salud ni el nivel crítico para la protección de la vegetación establecidos por la normativa para este contaminante».
En dióxido de nitrógeno la estación de María Díaz de Haro, en Bilbo, sobrepasó el valor límite anual establecido por la normativa, «si bien con un porcentaje de captura de datos de sólo el 44%, por lo que no se ha considerado representativa en el presente informe». En las estaciones de Erandio y Tres de Marzo (Gasteiz) se registraron sendas superaciones del valor límite horario fijado por la normativa para este contaminante.
Finalmente, Ecologistas en Acción explica que «hay que notar que para la elaboración de este informe no se ha dispuesto de información sobre los niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y metales pesados (arsénico, cadmio, níquel y plomo), cuya evaluación es obligada».
El cuadro general que «presenta Euskadi» es el de determinados focos de contaminación importantes como son la zona del Bajo Nervión (debido a la importante actividad industrial que alberga, la refinería de Muskiz, la central térmica de Santurtzi o la incineradora de Zabalgarbi, al intenso tráfico rodado que soporta y al tráfico marítimo del puerto), los polígonos industriales y las centrales energéticas que se distribuyen de manera dispersa por todo el territorio, y el tráfico rodado de Bilbo, Donostia y Gasteiz. La contaminación generada en estos lugares al extenderse por los territorios circundantes afecta a lugares alejados en la forma de ozono troposférico, como es el caso de los territorios comprendidos en la Llanada Alavesa, Rioja o Kostaldea».
Así, confirma que «toda la población vasca respira un aire perjudicial para la salud según las recomendaciones de la OMS, y la mitad del territorio está expuesto a niveles de contaminación que dañan la vegetación».
Afirma, además, que «no se tiene conocimiento de la elaboración ni aprobación por el Gobierno Vasco de ningún plan de mejora de la calidad del aire, referido a las superaciones de los valores objetivo legales de ozono en la estación de Valderejo. Sí existen una decena de planes relativos a la contaminación por PM10 y/o NO2, elaborados en la década pasada», pero son «insuficientes».
En lo referido a Nafarroa, el estudio de Ecologistas en Acción indica que se han recopilado los datos de 10 estaciones de control de la contaminación, pertenecientes a las redes del Gobierno de Nafarroa y de las centrales termoeléctricas de ciclo combinado de Castejón y de biomasa de Sangüesa. Dos de esas estaciones (Leitza y Lesaka) corresponden, en realidad, a una única instalación que a finales del año ha cambiado su emplazamiento.

En Nafarroa el contaminante que más incidencia presentó fue el ozono troposférico. «Afectó a todo el territorio. En todas las estaciones salvo Iturrama y Plaza de la Cruz en Iruñea se registraron superaciones elevadas del valor octohorario recomendado por la OMS: cuatro estaciones alcanzaron las 85 superaciones o más. Es decir que si se aplicara el mismo criterio establecido en la normativa para evaluar este contaminante (un máximo de 75 en tres años), en un solo año se habrían sobrepasado todas las superaciones permitidas durante tres años».
Además, explica que «dos de las cuatro estaciones de la zona de la Ribera (Olite y Tudela), superaron también el valor objetivo octohorario establecido en la normativa, que no deberá superarse más de 25 días al año, como promedio trianual referido en este caso al periodo 2013-2015».
En tres de las seis estaciones de referencia en la Comunidad foral para la evaluación de los niveles para la protección de la vegetación (Funes, Olite y Tudela), «se ha superado el objetivo legal establecido para el ozono durante el quinquenio 2011-2015, situándose en 2015 también las restantes estaciones de referencia (Lesaka, Alsasua y Sangüesa) muy por encima del objetivo a largo plazo, por lo que puede concluirse que la totalidad de los cultivos, montes y espacios naturales de Nafarroa están expuestos a niveles de ozono que dañan la vegetación».
A diferencia de años anteriores, en partículas PM10 no se superaron los valores medios diario ni anual recomendados por la OMS. «En cambio, la estación de Iturrama, en Iruñea, superó las recomendaciones diaria y anual de partículas PM2,5».
Finalmente, reconoce que han contado con «escasa información sobre los niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y metales pesados (arsénico, cadmio y níquel), cuya evaluación es obligada. Dichos contaminantes sólo se han medido en la estación de Iturrama, en el caso del cancerígeno benzo(a)pireno con unos límites de detección excesivos que elevan el cálculo de la media anual hasta 0,24 ng/m3, superando la recomendación de la OMS, aunque por debajo del objetivo legal de 1 ng/m3».
Destaca que «el cuadro general que presenta Nafarroa es el de dos focos de contaminación importantes como son la ciudad de IRUÑEA, debido al importante tráfico rodado que soporta y a los polígonos industriales que se localizan a su alrededor, así como los polígonos industriales ubicados junto al municipio de Tudela y las centrales térmicas de ciclo combinado en Castejón, al sur. La contaminación generada en estos focos se extiende por el resto del territorio transformada en ozono, afectando ne- gativamente a las zonas interiores y rurales»
Como conclusión, Ecologistas en Acción advierte de que «toda la población navarra respira un aire perjudicial para la salud según las recomendaciones de la OMS, y la práctica totalidad del territorio está expuesto a niveles de contaminación que dañan la vegetación».
46 MILLONES DE PERSONAS
Cerca de 46 millones de personas respiraron aire contaminado durante 2015 en el Estado español. «El informe anual de calidad del aire de 2015» de Ecologistas en Acción concluye que el 99% de la población y el 95% del territorio estuvieron expuestos a unos niveles de contaminación que superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
La coyuntura meteorológica, el repunte del tráfico, el fraude en las emisiones de los automóviles y la apuesta gubernamental por las energías sucias en detrimento de las renovables, entre las causas de un problema que afecta a la salud de la ciudadanía, pero también a los cultivos y espacios naturales.
El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en 700 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español. Presenta datos exhaustivos de la calidad del aire, por comunidades autónomas y por sustancias contaminantes.
Entre sus principales conclusiones, destacan que en 2015 «se ha producido un aumento general de los niveles de contaminación de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2), ozono troposférico (O3) y dióxido de azufre (SO2), el primero desde el inicio de la crisis económica en 2008, lo que explica el sensible empeoramiento de la situación y la mayor población y territorio afectados».
VULNERACIÓN DE LA LEY SUAVIZADA
El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación establecido por la Unión Europea. De acuerdo a esos niveles, el aire contaminado afectó en 2015 a 45,9 millones de personas en el Estado español, el 99% de su población, así como a 478.000 kilómetros cuadrados, el 95% del territorio. «Si se toman los valores límite establecidos por la normativa española y europea, más laxos que las recomendaciones de la OMS, la población que respira aire contaminado por encima de los valores legales es de 18,5 millones de personas, un 40% del total y tres millones de afectados más respecto a 2014; es decir, dos de cada cinco españoles respira aire que infringe los límites que marca la ley. Y la superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación alcanza 322.000 km2, un 64% del Estado español y 60.000 km2 más que en 2014; en otras palabras, casi dos tercios del territorio español soportan una contaminación atmosférica que incumple los estándares legales vigentes para proteger los cultivos y los ecosistemas naturales».
Explica también que la principal fuente de contaminación en áreas urbanas, «donde se concentra la mayor parte de la población», es el tráfico rodado. En determinadas áreas fabriles y en el entorno de las grandes centrales termoeléctricas de carbón y otros combustibles fósiles son estas fuentes industriales las que condicionan de manera decisiva la calidad del aire.
Añade que el ozono troposférico es «el contaminante que presenta una mayor extensión y afección a la población, con unos niveles que se mantienen estacionarios o incluso al alza. Esto se debe al incremento de las temperaturas medias y de las situaciones meteorológicas extremas (olas de calor) durante el verano, como resultado del cambio climático».
Durante el año 2015, de hecho, los niveles de ozono aumentaron por el incremento del calor respecto a los de 2014, «salvo en la cornisa cantábrica», de manera que la mayor parte de la población y el territorio españoles han seguido expuestos a concentraciones de ozono «perjudiciales para la salud humana y vegetal».
Respecto de las partículas (PM10 y PM2,5), el dióxido de nitrógeno (NO2) y el dióxido de azufre (SO2) en el aire afectan a más de cuatro quintas partes de la población del Estado. «Siguen, por tanto, siendo una seria amenaza para la salud, más ahora que durante el año pasado se interrumpió la tendencia a la baja de estos contaminantes que se inició en 2008, con la crisis económica».
Ecologistas en Acción llama la atención porque «aunque el aumento de la contaminación del aire es consecuencia en primera instancia de la coyuntura meteorológica, caracterizada por una mayor estabilidad atmosférica, hay señales preocupantes que advierten de que podemos estar asistiendo a un cambio general de tendencia, tras años de reducción de los contaminantes clásicos (partículas NO2 y SO2): el repunte del tráfico por carretera (el consumo de combustibles de automoción en 2015 fue superior al de los tres años anteriores), el fraude en los sistemas de certificación de las emisiones de los automóviles (conocido a partir del escándalo Volkswagen) y el aumento de la producción eléctrica en centrales térmicas de carbón, petróleo y gas, a costa de las energías renovables».
Por lo que insiste en que «la contaminación del aire debería abordarse como un problema de primer orden». Cada año se registran más de 25.000 muertes prematuras en el Estado español por afecciones derivadas de la contaminación del aire, de acuerdo a las últimas estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente.
Los costes sanitarios derivados de la contaminación atmosférica representan al menos 32.000 millones de euros al año, un 2,8% del PIB español, según la OMS y la OCDE, «sin considerar el coste de los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales».
A juicio de esta organización ecologista, «las administraciones públicas arriesgan la salud de la ciudadanía y el pago de una multa millonaria por vulneración de la ley. La Comisión Europea inició, en enero de 2009, un procedimiento de infracción contra España por el incumplimiento de la normativa sobre partículas PM10 que está a punto de llegar al Tribunal de Justicia Europeo. En 2015, la Comisión ha abierto un nuevo expediente por los niveles de dióxido de nitrógeno».
Sin embargo, denuncia que «la información a la ciudadanía por parte de las administraciones públicas no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema».
Por último, añade que las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire son la disminución del tráfico motorizado, la reducción de la necesidad de movilidad y la potenciación del transporte público. Es necesario además dar facilidades a la bicicleta en las ciudades. Así como la adopción generalizada de las mejores técnicas industriales disponibles y la reducción drástica de la generación eléctrica por centrales térmicas, en particular las que utilizan carbón.
«Este informe pretende dibujar una imagen amplia y el de la situación de la calidad del aire en nuestro país durante el año 2015, en relación a la protección de la salud humana y de la ve- getación. Respirar aire limpio y sin riesgos para la salud es un derecho inalienable de todo ser humano. Está sobradamente demostrado que la contaminación atmosférica causa daños a la salud de los ciudadanos y al medio ambiente. Se trata de un problema con una importante vertiente local, pero también de magnitud planetaria, ya que los contaminantes pueden viajar largas distancias»
Juanjo Basterra