Cada año mueren en la UE 200.000 personas por enfermedades relacionadas con los trabajos inseguros

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35 muertos por enfermedad profesional por cada muerto en accidente laboral
La OIT dedica el DÍA MUNDIAL DE LA SEGURIDAD Y LA SALUD en el
TRABAJO (28 abril) en el apoyo a los JÓVENES TRABAJADORES.
Los últimos datos de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el
Trabajo elevan la incidencia mortal de las enfermedades relacionadas con el
trabajo debido a la falta de prevención a 35 por cada 1 muerte en accidente
laboral. A juicio de la Agencia Europea, al año en la UE fallecen 200.000
personas por enfermedades laborales. En cambio, los últimos datos de
accidentes mortales por trabajo suman al año 5.722 muertes, incluidas las de
in itinere, lo que muestra este trágico incremento. OIT conmemora el Día
Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo de 2018 con el objetivo de
promover una generación joven segura y saludable.
La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo confirma que
los accidentes de trabajo y enfermedades provocan, además de los miles de
muertos, una pérdida del 3,9% de todos los años de trabajo a nivel mundial y
el 3,3% de los de la UE, lo que equivale a un costo de aproximado de 2,7
billones de euros a nivel mundial, y 476.000 millones en la Unión Europea.
"El número de accidentes laborales ha disminuido un 25% en los últimos 10
años. Sin embargo, las enfermedades relacionadas con el trabajo aún
suponen alrededor de 2,78 millones de muertes en todo el mundo cada año,
de las que 2,4 millones se deben a las enfermedades profesionales y, de
ellas, 200.000 ocurren en Europa, según la OIT y la Agencia Europea, con
sede en Bilbo.
Hasta hace unos pocos meses ese cálculo era bastante menor, pero a fuerza
de conocer la realidad se está demostrando que la falta de seguridad y salud
laborales mata cada vez más, mientras a los empresarios y los gobiernos no
hacen nada por conseguir puestos de trabajo seguros y saludables. No les
importa, ellos no se mueren.
Cada año, se producen, además, un número de lesiones profesionales no
mortales casi mil veces mayor que el de lesiones profesionales mortales. Se
calcula también que afectan a 374 millones de trabajadores, y muchas de

ellas tienen graves consecuencias en su capacidad para obtener ingresos a
largo plazo.
La OIT dedica este 28 de abril, Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el
Trabajo, a los trabajadores jóvenes, que registran índices de lesiones
profesionales "notablemente superiores a los de los trabajadores adultos".
Según datos recientes sobre la situación en Europa, la incidencia de las
lesiones profesionales no mortales es más de un 40% superior, según datos
de OIT, entre los trabajadores jóvenes de 18 a 24 años que entre los
trabajadores adultos en la UE. "En los Estados Unidos, el riesgo de que los
trabajadores jóvenes de entre 15 y 24 años sufran una lesión profesional no
mortal es aproximadamente el doble que para los trabajadores de 25 años o
más, añade.
La OIT confirma, por otro lado, que paradójicamente, habida cuenta de lo
que antecede, las estadísticas indican que la incidencia de las enfermedades
profesionales es menor entre los trabajadores jóvenes que entre los de más
edad. Ello no se debe a que los trabajadores jóvenes presenten una mayor
resistencia a las enfermedades profesionales, dado que son de hecho más
vulnerables a las enfermedades profesionales porque a su edad siguen
desarrollándose, tanto física como mentalmente, lo que los hace más
vulnerables a las sustancias químicas peligrosas y otros agentes nocivos. La
menor incidencia de las enfermedades profesionales entre los trabajadores
jóvenes se debe probablemente a que para que una enfermedad profesional
se manifieste suele ser necesario un período prolongado de exposición y/o
latencia.
El costo para la sociedad que comportan los trabajadores jóvenes que
sufren lesiones profesionales graves y secuelas a largo plazo puede ser
mucho mayor que el de los trabajadores adultos que sufren lesiones
similares. Las consecuencias de las lesiones profesionales son más graves
cuando se producen al principio de la vida profesional de una persona joven.
Un trabajador joven con una deficiencia prolongada puede, a consecuencia
de la misma, dejar de ser un miembro activo de la sociedad y no poder
aprovechar la educación y formación recibida", destaca la organización
internacional.
Por eso, indica que "para construir un generación de trabajadores saludables
que desarrollen su actividad en condiciones seguras, debe empezarse
pronto, sensibilizando a los
progenitores y a las comunidades. Para que los jóvenes sean conscientes de
los riesgos que corren y puedan defender sus derechos, la educación sobre
los peligros y los riesgos laborales, así como sobre los derechos de los
trabajadores, debe empezar en la escuela y seguir a lo largo de la formación

profesional y los programas de aprendizaje. Los empleadores, ya sea de
empresas formales o informales, y las empresas familiares, necesitan
orientación sobre los factores de riesgo específicos a que se enfrentan los
trabajadores jóvenes en el desempeño de sus tareas y sobre las condiciones
que se adecuan a su edad.
Por último, en su incorporación al mundo del trabajo, es fundamental para los
trabajadores jóvenes contar con el apoyo y la representación de las
organizaciones de trabajadores a fin de que puedan ejercer sus derechos y
expresar sus preocupaciones.
Metas para 2030
La mejora de la seguridad y la salud de los trabajadores jóvenes contribuirá
al logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible sobre trabajo decente y
desarrollo económico. Ayudará a alcanzar la meta relativa a los entornos de
trabajo seguros y sin riesgos para todos los trabajadores para 2030 y la meta
sobre la eliminación del trabajo infantil en todas sus formas de aquí a 2025.
"El logro de estas metas exige la colaboración entre autoridades públicas,
empleadores, trabajadores y sus organizaciones, así como con otras partes
interesadas clave, con objeto de crear una cultura de la prevención centrada
en la seguridad y la salud de la próxima generación de la fuerza de trabajo
mundial.
La OIT prevé impulsar una actividad preventiva para los jóvenes y promover
un debate a nivel mundial sobre la necesidad que reviste la mejora de su
seguridad y su salud. Los trabajadores jóvenes se enfrentan a muchos
desafíos en su transición de la escuela al trabajo, así como en la búsqueda
de un trabajo estable en el que estén protegidos de todo daño y que les
aporte un salario digno.
Varios factores de riesgo que son característicos de los trabajadores jóvenes
incrementan sus posibilidades sufrir daños derivados de los peligros en el
lugar de trabajo. Estos factores de riesgo pueden ser inherentes a su
temprana edad (por ejemplo su estado de desarrollo físico, psicosocial y
emocional) o estar influidos por su edad (por ejemplo, la falta relativa de
competencias, la experiencia mínima y el nivel de educación).
OIT advierte de que "los trabajadores jóvenes,al contar con competencias
limitadas, poca experiencia laboral y escaso poder de negociación, ven su
acceso al mercado de trabajo limitado a empleos básicos y puestos de
trabajo poco deseables por estar mal remunerados, exigir largas jornadas de
trabajo y ser precarios y peligrosos. La situación se ve agravada por un
índice de desempleo juvenil que en la actualidad triplica la de los adultos.

Además, gran número de jóvenes trabaja en la economía informal -un
78,7% de los trabajadores de edades comprendidas entre los 15 y los 29
años-, donde son más vulnerables a los accidentes de trabajo y las
enfermedades profesionales porque los empleos en la economía informal
tienden a exponer en mucho mayor grado a los trabajadores a peligros
laborales y cuentan con una cobertura de protección social limitada y los
trabajadores con contratos temporales suelen tener oportunidades limitadas
de formación y de desarrollo de las competencias.
Peligros por sectores.
Agricultura. En el mundo, un 49,3% de los adolescentes de entre 15 y 17
años de edad que participa en trabajos peligrosos lo hace en la agricultura.
"Los trabajadores agrícolas registran altos índices de accidentes de trabajo y
enfermedades profesionales porque están expuestos a peligros de distinta
índole, como el trabajo con maquinaria, vehículos, herramientas y animales;
el ruido y las vibraciones excesivos; los resbalones, tropezones y caídas
desde altura; el levantamiento de objetos pesados, tareas repetitivas y tareas
que requieren posturas forzadas que pueden provocar trastornos
musculoesqueléticos; el polvo y otras sustancias orgánicas y químicas y
agentes infecciosos, así como a otras condiciones de trabajo comunes a los
entornos rurales, como la exposición al sol, a temperaturas extremas y al mal
tiempo.
Aunque en general -como explica OIT- el empleo en este sector está
disminuyendo tanto para los trabajadores jóvenes como para los de más
edad, "la agricultura sigue siendo un empleador destacado de mano de obra
joven en las regiones en desarrollo y emergentes en todo el mundo. En los
países desarrollados, la agricultura está muy mecanizada y emplea a
relativamente pocas personas, mientras que en los países en desarrollo se
trata de un sector de baja tecnología que emplea a gran número de
trabajadores poco calificados.
En manufactura, gran número de trabajadores jóvenes que se encuentran
en transición al mercado laboral trabajan en la manufactura. A pesar de las
recientes disminuciones registradas en la participación porcentual del empleo
en la industria manufacturera en muchas regiones, este sector emplea a un
número considerable de trabajadores jóvenes, que representan el 9,7% de
todos los trabajadores de África y el 20,7% de los trabajadores de Europa
Oriental y Asia Central y Occidental.
En muchos países desarrollados, es el sector con la mayor proporción de
accidentes de trabajo en los que se ven implicados trabajadores jóvenes. El
sector manufacturero incluye una amplia gama de industrias, como la
automoción,la industria textil y de la confección, la industria electrónica, la
industria química, la industria metalúrgica, la industria alimentaria y la de

bienes al consumo. Estas industrias presentan diferentes peligros para la
seguridad y la salud de los trabajadores, incluido el uso de sustancias
químicas, maquinaria, vehículos y herramientas eléctricas, así como peligros
físicos como la ventilación inadecuada, los altos niveles de ruido, las
elevadas temperaturas y la iluminación deficiente.
Los trabajadores jóvenes frecuentan trabajos temporales, por otro lado, en
sectores económicos peligrosos porque su trabajo tiene una duración corta y
porque están peor informados sobre los peligros y los riesgos en el lugar de
trabajo. "Suelen necesitar cambiar de trabajo con frecuencia, por lo que
raramente tienen el tiempo o la oportunidad de familiarizarse con las reglas
sobre seguridad y salud en trabajo (SST) antes de volver a cambiar de
empleo y adaptarse al mismo.
Estas condiciones de trabajo caracterizadas por la informalidad, la
inestabilidad y las formas atípicas de empleo se encuentran en todos los
sectores económicos que se enumeran a continuación y contribuyen a
aumentar la vulnerabilidad de los trabajadores jóvenes.
La construcción registra uno de los índices más elevados de accidentes de
trabajo y enfermedades profesionales de todas las industrias, principalmente
por la naturaleza muy peligrosa de muchas tareas de construcción. Así, por
ejemplo, en ocasiones los trabajadores utilizan maquinaria y materiales
peligrosos, trabajan en altura y están expuestos a sustancias peligrosas,
incluidos entornos de trabajo polvorientos.
El elevado índice de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales que
registra la construcción también se debe a algunas características del sector,
como la alta proporción de pequeñas empresas y de extensas cadenas de
contratación; los lugares de trabajo donde intervienen múltiples empleadores;
la elevada rotación de trabajadores, y el recurso a trabajadores con poca
experiencia, temporales y migrantes.
El sector de los servicios, que incluye los subsectores de la hostelería, la
salud y los servicios sociales, emplea a un número cada vez mayor de
trabajadores jóvenes en todo el mundo. Una característica fundamental de
este sector es la interacción frecuente con los clientes y los pacientes. Esta
característica aumenta las probabilidades de que los trabajadores se vean
expuestos a peligros psicosociales,como los abusos verbales, las amenazas,
los comportamientos humillantes, la intimidación, el acoso, la violencia física
y la atención sexual no deseada.
Los problemas de salud mental y los TME son algunas de las causas más
comunes de las ausencias del trabajo en el sector.

Hostelería: trabajadores jóvenes temporales
El subsector de la hostelería, que forma parte del sector de los servicios,
también emplea a un número cada vez mayor de trabajadores jóvenes. En
este sector, los trabajadores jóvenes desempeñan trabajos exigentes desde
el punto de vista físico y psicológico, a menudo realizando tareas monótonas
y repetitivas, sin creatividad ni iniciativa. Los peligros y riesgos habituales
que pueden correr incluyen el estar de pie durante largos períodos de
tiempo, acarrear cargas pesadas, utilizar maquinaria y herramientas
peligrosas, sufrir quemaduras, alergias e infecciones, contar con iluminación
insuficiente (por ejemplo en clubes, bares y casinos), consumir alcohol y
sufrir violencia física y acoso (Kines y otros autores, 2013).
El número de trabajos en el subsector de los servicios de salud y los
servicios sociales ha aumentando mucho en todo el mundo, y los jóvenes
están accediendo a muchos de estos puestos. Se trata de un subsector que
está creciendo en los países en desarrollo y en los países desarrollados por
igual.
Los trabajadores de los servicios de salud están expuestos con frecuencia a
peligros ergonómicos y psicosociales, incluida la violencia en el lugar de
trabajo. También están expuestos a peligros físicos, mecánicos y químicos,
así como biológicos, incluida la sangre y los fluidos corporales, así como a
contaminantes aéreos que pueden exponerlos a enfermedades contagiosas.
Otro subsector es trabajo doméstico. Una gran proporción de trabajadores
jóvenes están empleados en el servicio doméstico y en trabajos familiares no
remunerados, especialmente en los países en desarrollo (OIT, 2016b). El
trabajo doméstico sigue estando infravalorado y mal reglamentado, y las
trabajadores y trabajadores domésticos siguen trabajando en exceso y
estando mal remunerados y poco protegidos. Los peligros más habituales a
los que están expuestos son las largas jornadas de trabajo y el aislamiento.
Además, son relativamente invisibles” por lo que respecta a las autoridades.
El trabajo doméstico a menudo conlleva el acarreamiento de cargas
pesadas, la exposición al fuego de las cocinas y el calor de los hornos, la
utilización de cuchillos afilados y la manipulación de productos de limpieza.
Las trabajadoras y trabajadores domésticos jóvenes son especialmente
vulnerables a la violencia y los abusos, en parte debido a la falta de
mecanismos de notificación, la protección legal limitada y el aislamiento en
que desarrollan su actividad. También se ven obligados a renunciar a
oportunidades de educación, lo que los hace más vulnerables a los peligros.

Juanjo Basterra

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