315.864 contratos temporales (35,7% del total) tuvieron una duración inferior a 7 días en la CAV
Según estudio completo CRL-LHK entre 2009 y 2017
La Comunidad Autonómica Vasca (CAV) cerrará un año más con crecimiento económico. Serán ya cinco años positivos. Cada vez hay más riqueza. Desde el cambio de siglo, la economía vasca ha crecido un 75,54% y desde el inicio de la crisis por encima del 5%. Sin embargo, la riqueza está mal repartida: 303.500 pensionistas, más de la mitad, de la CAV tienen pagas por debajo del umbral de la pobreza (1.080€), según la Carta Social Europea; 150.000 trabajadores en activo perciben por debajo de ese umbral, son trabajadores pobres; y el 17,5% de la población de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa (en torno a 350.000 personas) está en riesgo de pobreza y, de ellos, 81.262 personas en grave riesgo de privación material.
Una parte muy importante de estos desajustes se deben al desempleo, por encima del 11% de la población activa y, otra parte importante, porque el mercado laboral actual genera una desigualdad muy elevada, además de no recuperar el poder adquisitivo perdido en los años de la crisis, las contrataciones son superprecarias, lo que genera que la miseria se extienda. El 35,7% de las contrataciones, es decir 315.864 contratos temporales, tuvieron una duración inferior a 7 días en 2017, y más de la mitad no sobrepasó el mes de contratación. Son los más abundantes. Lamentable.
¿A quiénes beneficia esta superprecariedad? Es evidente que a los empresarios, a la élite económica, que ha visto que sus acaudaladas cuentas han seguido aumentando en tiempo de crisis y cuando se ha vuelto a crecimientos económicos, solo se benefician ellos.
El Gobierno español anuncia que en su último Consejo de Ministros de este año va a penalizar los contratos inferiores a 5 días. ¿Por qué no deroga las últimas reformas laborales que son las que permiten estos abusos contractuales y, sobre todo, jugar con el futuro de las personas y de las pensiones, ahora tan en boga por las movilizaciones? Esa situación superprecaria beneficia también a los políticos que trabajan con sus leyes para beneficiar a esa élite, porque la rotación del empleo reduce el paro, pero es un espejismo puro y duro. Podrían hacer la prueba: rechazar sus jugosas pagas y vivir de contratos de menos de siete días.
El último estudio que ha recogido el Consejo de Relaciones Laborales (CRL-LHK) analiza la contratación desde 2009 a 2017 con datos concretos de Lanbide que, no hace públicos al detalle para el conjunto de la población, para ocultar esta amarga y cruda realidad.
MAYOR ROTACIÓN
Una primera conclusión que obtenemos es que “entre los años 2009 y 2017 el número de contratos notificados en la CAV creció un 46%, pasando de los 656.316 contratos suscritos en 2009 a los 958.100 de 2017”, pero “el número de personas contratadas se incrementó únicamente un 20,6% de forma acumulada entre 2009 y 2017 (de 247.369 a 298.280 personas contratadas)”.
A juicio del CRL-LHK, “el mayor crecimiento en el número de contratos que de personas contratadas denota una mayor rotación (definida ésta como el número medio de contratos por persona en un año), pasándose de 2,7 contratos por persona en 2009 a 3,2 en 2017, aunque en este último año se constata un descenso en el índice de rotación”. Por sexo, la rotación de las mujeres es “más alta que la correspondiente a los hombres”, aunque son “los hombres los que han experimentado un mayor aumento en sus índices de rotación, que han pasado de 2,3 contratos por hombre en 2009 a 3,0 contratos en 2017”.
De todos modos, conviene tener presente que la gran mayoría de los contratos suscritos a lo largo de estos años fueron de carácter temporal, representando, en promedio, más del 93% de la contratación notificada total.
CAE JORNADA COMPLETA
Si tenemos en cuenta la jornada laboral, “se evidencia -dice el CRL-LHK- el predominio de la jornada completa sobre el total de contratos suscritos en el período analizado, 61,1% de promedio en el período 2009 y 2017. Ahora bien, su cuota de participación ha ido cayendo a lo largo de los años en favor de la jornada parcial. Si el peso relativo de la jornada completa era del 64,7% en 2009, este porcentaje es del 58,8% en 2017; por su parte, la jornada parcial que en 2009 absorbía una cuota relativa del 34,2%, concentra en 2017 un 40,1% del total”.
Por sexo, las mujeres predominan claramente en los contratos a jornada parcial suponiendo el 68,1% de media entre 2009 y 2017, frente al 31,9% que representan los hombres. “Sin embargo, este diferencial en los pesos relativos de uno y otro colectivo se ha ido reduciendo a lo largo del período analizado. De hecho, en 2009 los hombres suscribieron el 29,4% del conjunto de los contratos a jornada parcial y las mujeres el 70,6%, mientras que en 2017 estos porcentajes son del 33,4% y del 66,6% respectivamente”, dice el CRL-LHK para intentar justificar ese cambio de tendencia en la fuerte discriminación y que para conseguir un tratamiento similar faltarían todavía varias décadas, porque los empresarios no están por la labor.
SECTOR SERVICIOS ACAPARA CONTRATACIÓN
Por sectores de actividad, el análisis se refiere al período entre 2014 y 2017, puesto que la información no es homogénea para los años anteriores, “la contratación notificada se concentra en su mayoría en los servicios, 78,4%”.
Los contratos temporales de hasta un mes de duración, acaparan en torno a la mitad de la contratación temporal total registrada entre 2009 y 2017. “Hay que destacar el importante peso que tienen, dentro de los contratos que se suscriben cada año, los de duración igual o inferior a 7 días que suponen más del 35,7% del total de la contratación notificada”. Fueron 315.864 contratos temporales de menos de 7 días. Increíble.
Por sexo, “cabe destacar que los hombres tienen una cierta mayor probabilidad de tener un contrato de duración indeterminada que las mujeres. Éstas, en cambio, se ven más afectadas por los contratos temporales de duración igual o inferior a una semana” y la realidad muestra que “son precisamente los de duración menor o igual a una semana los que más han incrementado su participación sobre el total de contratos temporales notificados (peso del 35,7% del total en 2017 frente a 30,9% en 2009), siendo los que más han crecido en este período, un +68,4%”.
Por el contrario, los contratos temporales de duración indeterminada son los que más han recortado su participación sobre el total de contratos temporales notificados, el 32,9% del total en 2017 frente a 37,8% en 2009. Por sectores, el CRL-LHK destaca que los sectores de servicios e industrial son los que “más utilizan los contratos cuya duración es igual o inferior a 7 días (38% y 33,8% de media respectivamente en el período 2014 y 2017”, mientras que los contratos de duración indeterminada son utilizados mayoritariamente por el sector primario y el de la construcción (85,9% y 79,3% de media entre 2014 y 2017”.
El número medio de contratos firmado por persona y año (rotación) ha aumentado de 2,7 en 2009 a 3,2 en 2017. “Cabe, no obstante, profundizar más en esta cuestión a través del análisis de la distribución de esta media. Para ello, partiendo de la información facilitada por Lanbide, se ha analizado cuántos contratos distintos realiza una misma persona en cada año. Las personas que firman un único contrato al año suponen más de la mitad del total de personas contratadas en cada uno de los años del período analizado”.
Aquéllas que firman dos contratos por año representan algo menos del 20%, siendo algo menor la participación de las personas que firman entre tres y cinco contratos al año. Por su parte, las personas que firman a partir de seis contratos al año presentan cuotas de participación significativamente menores suponiendo en torno al 10% de las personas contratadas.
MULTICONTRATACIÓN
“La incidencia de la multicontratación, entendida ésta como la firma de 6 o más contratos al año, ha aumentado de manera importante – explica el CRL-LHK- a lo largo del período de estudio, a pesar de que su peso sobre el total sigue siendo reducido. Así en 2009 las personas que firmaron seis o más contratos/año supusieron el 8,6% del total, mientras que en 2017 representaron el 12,1% de las personas contratadas en dicho ejercicio”.
El 36,5% de estas personas firma un contrato indefinido en el período 2009-2017, el 26,4% continúan con un contrato temporal, mientras que el 37,1% restante no firma ningún contrato posterior en la CAV, “pudiendo, como ya se ha señalado anteriormente, estar en situación de desempleo, de jubilación o haber abandonado el mercado laboral de nuestra Comunidad”.
Si analizamos con detalle a las personas que firman un contrato indefinido, que como se ha señalado suponen el 36,5% de los que había suscrito un contrato temporal, “comprobamos que las mujeres lo obtienen en mayor proporción que los hombres: 40,6% frente a 33,3%, respectivamente”. Las posibilidades de acceder a un contrato indefinido tras el temporal disminuyen con la edad, “siendo especialmente difícil para los mayores de 50 años”.
El 41,8% de las personas menores de treinta años obtuvieron un contrato indefinido hasta 2017, reduciéndose este porcentaje al 36,2% en el caso de las personas cuya edad se situaba entre 30 y 50 años. Para los mayores de 50 años este porcentaje es de solo el 16,6%.
En función del nivel de estudios, el 41,2% de las personas con formación terciaria obtuvieron un contrato indefinido, reduciéndose este porcentaje al 40,9% en el caso de poseer estudios secundarios y al 31,9% en el caso de estudios primarios
“De media, estas personas que firman un contrato indefinido tardan 35,2 meses en obtenerlo”.
Como explica el estudio, “hombres y mujeres lo obtienen en un plazo medio bastante similar aunque algo más favorable para el colectivo femenino: 35,9 y 34,5 meses, respectivamente”.
MENOS DE 30 AÑOS, MENOS INDEFINIDOS
Los menores de treinta años son los que más tardan en obtenerlo, 38,5 meses, mientras que conforme se asciende de tramo de edad, aunque disminuye la posibilidad de obtener un contrato fijo, tardan menos tiempo en obtenerlo: 32,8 meses para los situados entre 30 y 50 años y 27,8 para los mayores de 50 años.
Por último, la realidad muestra que los contratos indefinidos aumentan en número (alguno más de 73.000 en 2017), de forma especial, no tanto en porcentaje. Y, aunque los dirigentes de Confebask hacen de esta realidad una victoria de los empresarios, la realidad no tiene que ver con esa supuesta buena intención y sí, por otra parte, del beneficio que otorgó la reforma laboral, ya que a penas hay trabas para el despido y la indemnización es mínima y, sin embargo, no representan más que el 7% de la contratación.
Juanjo Basterra