“Es histórico que un juez pida 10 años de cárcel por abuso y acoso al ex profesor del Opus Dei, pero tendría que incluir la agresión sexual”

Un comentario

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El Vaticano dijo que no había pruebas en una instrucción que realizó Silverio Nieto, ex comisario de policía, miembro de la Confrencia Epiuscopal y confesor áulico del ministro español de Interior.

 

El «caso Gaztelueta», el colegio del Opus Dei ubicado en Leioa, ha dado un vuelco importante. El juez acusa al exprofesor de «un delito continuado de abuso sexual», además del acoso escolar que sufrió, y por el que le pueden condenar hasta 10 años de cárcel. Traslada el caso a la Audiencia de Bizkaia para que abra juicio oral. Todavía puede ser recurrida esa decisión. Los padres del alumno que sufrió esas prácticas cuando tenía 12 años y ahora tiene 19 años, explicaron a EL PERIODISTA CANALLA el drama que están viviendo y, por supuesto, su hijo, principal perjudicado por los abusos.

 El agresor es numerario del Opus Dei, que tiene votos de pobreza, obediencia y castidad. Es un laico consagrado. En el auto, confirma la denuncia del ex alumno y recuerda que «le preguntó por su vida sexual, le mostró fotografías de mujeres tanto desnudas como en ropa interior y le preguntó si se masturbaba, al tiempo que realizó tocamientos al menor con ánimo erótico, tocando su espalda, muslos y abdomen, ordenándole que se sentara encima de sus rodillas para enseñarle las notas académicas en el ordenador, con el propósito de provocar su propia erección», al tiempo que «procedía entonces a tocarle las piernas, el pecho, los muslos, el cuello, los brazos, las nalgas y los genitales».

 Desde el colegio de Gaztelueta solo se han puesto trabas para que se conozca la verdad. Eso provocó que cambiaran de colegio y, más tarde, por las presiones y amenazas que sufrió la familia, se marcharon de Bilbo.

 

¿Qué siente como madre?

MADRE.- Estamos indignados con la actitud del colegio respecto a nuestro caso, y me temo que en otros casos han actuado de igual forma, tapando todo siempre para preservar el buen nombre del colegio. Siempre ha prevalecido el interés de la institución del Opus Dei por encima del de los menores, por muy a su cuidado que estuviesen . Esto a sabiendas del daño añadido que hacían al niño agredido.

 

¿Cuándo comenzó y cuándo se enteran de este drama y horror que sufrió su hijo?

PADRE.- La primera noticia la tenemos en 2011. El calado de la historia le sucede a mi hijo en los  cursos 2008-09 y 2009-2010. Dos cursos seguidos. Empezamos a notar un comportamiento raro en él, de improviso. Dolores de tripa, no quiere ir al colegio, pierde el autobús de forma continuada, aunque la parada del autobús está a cinco minutos de nuestra casa. Notamos que pasa algo, pero no lo que realmente sucedía. No te imaginas semejante historia. Cambiamos de colegio, no porque sospechásemos nada, sino simplemente porque en ese colegio no casamos muy bien. Había doble vara de medir entre los niños que eran afines al Opus Deis y quienes no eran, ellos mismos te contaban una película y luego hacían otra.

 

Estando ya en el colegio nuevo -cercano al de Gaztelueta-, una mañana que estamos intentando que vaya al colegio y no hay manera, el se encierra en el baño. Empujo la puerta y me lo encuentro en el suelo en posición fetal y con una situación lamentable. Le dije a mi mujer que esto no es un problema de la adolescencia o lo que sea, aquí pasa algo más grave.

 

Y uno de esos días que estamos ya en la puerta del otro colegio, intentando que entre, empieza a llorar, y le decimos que nos cuente lo que nos pasa. Es el primer día que nos dice que le están amenazando sus ex compañeros por las redes sociales. A partir de ahí hasta hace unos meses, ha seguido contando su historia. Tiene un comienzo de intensidad y tiene un peso de dramatismo y de actos de todo tipo hacia él por parte de su ex profesor y alumnos, y que constituyen como ha determinado un juez, no solamente abusos sexuales, hasta agresión sexual.

 

¿Cuántos años tenía tu hijo cuando comenzó con este problema?

PADRE.-Tenía 12 años, cuando empezó a pasar.

 

¿Se va del Gaztelueta, el del Opus Dei?

Sí, sí, sí.

 

Y, ¿a cuál?

PADRE.- Al Colegio Inglés. Esta muy cerca. Está en Artaza en Leioa. En el colegio Inglés son partícipes de la historia en el minuto uno. Ven la situación del chaval, porque se llega a escapar del colegio. Les mantenemos informados.

 

¿Cuándo has visto la petición del juez de hasta 10 años de cárcel se han quedado más tranquilos, os parece poco, creéis que tendría que ser más?

¿Tranquilos en esta historia? Digamos que no estamos en ningún caso.

 

Me refiero si con esta petición, si sigue adelante, ¿es suficiente para ustedes?

No. Es positivo e histórico que pidan hasta 10 años de cárcel, porque ya hubiese firmado yo hace veinte días o un mes, que hubiese abierto juicio oral, pero, no obstante, entendemos que la petición que hace el juez de hechos de constitutivos de delitos basados en abusos sexuales, pero faltan las agresiones sexuales, y también deberían de incluirlas. Y no sé si en una fase de instrucción un juez puede decretar prisión, pero independientemente de si o no, o algo mucho más evidente, tendría que haber solicitado una medida cautelar para solicitar un alejamiento de por vida o como sea de este individuo respecto a menores, porque creo que es una persona que no puede estar cerca de ningún menor a cuenta de lo que ha hecho a mi hijo.

 

¿Qué opinión le merece la actuación del director del colegio del Opus Dei Imanol Goyarrola?

Imanol Goyarrola ha tenido digamos dos capítulos en su proceder. Uno cuando era subdirector. Nos recibió por primera vez en el colegio para hablar del tema. Es más se nos ha achacado que queremos hundir a la Obra. Es falso, si hubiéramos querido hacerlo nunca hubiéramos ido al colegio. Hubiésemos ido a Inspección de Educación y luego al Juzgado. Dimos la oportunidad al colegio para que hiciera algo. El ex director Iñaki Cires era director cuando sucedió, y ahora está en el colegio del Opus Dei entre Irun y Donostia, tuvo una labor como director enfocando el problema lamentable y negligente, se mire por donde se mire. Porque no abrió ni un protocolo de actuación. No nos recibió hasta unas semanas después, sí Imanol Goyarrola. Fue sorprendente cuando fuimos la primera vez a contarle lo que mi hijo contaba. Es decir, cuando el profesor le sacaba de clase más que al resto. Le llevaba a su despacho, cerraba la puerta y las ventanas, le sometía tocamientos, le ponía en sus rodillas, le enseñaba fotos de chicas ligeras de ropa en el ordenador…

 

Ese relato inicial en vez de negarlo o ponerlo en duda, se llevó las manos a la cabeza, se puso rojo y empezó a decir ‘pobre chaval, si esto es cierto habrá que hacer algo’. Mi mujer y yo mis quedamos helados, porque parece que se esperaba algo así. Porque hechos parecidos deben tener una frecuencia y regularidad en ese centro. En una reunión en la que ya estuvo el director Iñaki Cires, cuando mi hijo decía que este señor le decía que le enseñaba fotos de mujeres ligeras de ropa, Cires dijo que no era exactamente eso, sino que le enseñaba fotos de una actriz que salen en la película de Harry Potter, porque quería enseñar el desarrollo sexual de una mujer.

 

¿Qué le dijo usted?

PADRE: Le dije si lo ve lógico, me dijo que es normal. A todo le intentaba a dar todo un barniz de defensa, pero…Imanol Goyarrola, no; en un principio. Creo que lo vio claro, lo que ocurre es que Cires desapreció de escena y Goyarrola subió a director y, a partir de ahí, como ese colegio funciona como una clave de secta total, Goyarrola es una marioneta, un pelele al que utilizan para dar la cara e intentar desacreditarnos de todas las formas posibles. Ha tenido una doble vertiente: una inicial, más cercana, y se ha dio separando hasta el punto que lo tenemos en frente con uñas y dientes. De todas formas, nos parece increíble que el director de Gaztelueta diga a estas alturas , tras aparecer la noticia de la imputación, que el auto del juez era previsible, cuando se ha pasado horas y horas defendiendo la inocencia del profesor.

 

¿Son ustedes del Opus Dei?

PADRE: No. Mi familia por parte de mi padre a efectos religiosos ha tenido mucho vínculo con los Jesuitas de Bilbao, porque era de los Jesuitas, dos tíos también estudiaron allí y uno terminó siendo profesor. Y yo he estudiado en Jesuitas. Por parte de mi madre, estudió en las Tres Sierras, que en aquella época eran más liberales que había. Por parte de la familia de mi mujer tampoco son del Opus Dei, sí que han tenido algo más de relación sin serlo, porque mi mujer estudio COU en Opus en Gipuzkoa y alguna de sus hermanas, también. Pero no somos ni numerarios, ni nada de eso.

 

Cuando pasa todo esto a tu hijo el Vaticano investiga, ¿quién o quiénes se hacen cargo de la investigación?

PADRE.- Un amigo nos recomienda, primero, que acudamos al Papa. A través de un obispo, digamos de ‘los buenos’, hicimos llegar una carta al Papa explicándole todo. El Papa en diciembre de 2014 nos contestó, por vía interna y casi secreta, que recibimos con mucho alivio.

 

¿Qué pasó?

PADRE.- Al poco tiempo, estando en Bilbao un miércoles, recibo una llamada de un personaje que se me presenta como enviado personal del Papa. Es Rafael Felipe, juez eclesiástico de la diócesis de Catalunya -de eso, me entero después-. Él me dice que es enviado del Papa y miembro de la Conferencia Episcopal. Y que tiene la misión de transmitirme el afecto del Papa personalmente e interesarse del estado de la salud de mi hijo.

Me parece una bomba la noticia. Llamo a mi mujer y, además, tiene muchísima urgencia en vernos, quedamos un viernes en Logroño. De repente, según estoy hablando con mi mujer y hablamos los dos, pues nos entra la duda de ¿cómo sé que es quien dice ser? Hablo con el obispo que me puso en contacto con el Papa y con mi abogada. El Obispo hace una llamada y me contesta: luz verde, es gente  que viene enviada del Papa. Mi abogada habla con la persona que me ha llamado y le pide permiso para estar presente en la reunión, y le dice que no es necesario. No es oficial, es extraoficial, una reunión de cortesía y no va a ser nada que motive que deba estar presente una abogada.

 

¿Cómo describe ese encuentro?

PADRE.- Aparece ese, y un tal Silverio Nieto. Durante tres horas nos somete, a mi mujer no porque la dejan al margen, a mi hijo y a mí a sendos interrogatorios. Utilizan la buena fe, que vienen en nombre del Papa y hacen los interrogatorios. Uno lleva la voz cantante, Silverio Nieto, y el otro con un ordenador se dedica a tomar nota. No es que sea algo desagradable. No aprecio un intento de sonsacarnos, sino son mucha preguntas.

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¿Tres horas son muchas preguntas?

PADRE.- Sí, la primera hora se dedica a hablar con mi hijo. Nunca le dejo solo. Le habla como si fuera un cura de estos de la antigua usanza: ¿qué  chaval que tal, qué quieres ser…?

 

Rompiendo el hielo, como se dice.

PADRE.- Eso es. Nos cuenta su vida, que fue  marino mercante, que luego tuvo vocación tardía como sacerdote, porque se ordenó con 51 años y que cuidaba de su madre. Utiliza menos de una hora para mí y más para hijo. A mi hijo le cuesta más contestar, sobre todo algunas preguntas. Me llaman mucho la atención preguntas sobre si había llaves en los despachos y detalles, me recuerda a comisarios de las películas. Cuando se van,ni se despiden. Sale corriendo por la puerta. Una escena que no se me olvidará, cuando voy a despedirle ya está bajando por las escaleras. Casi ni adiós. Silverio Nieto ni me da la mano.

 

Cómo interpreta esa situación?

PADRE.- Sabían los que estaban haciendo y ni querían ni quedar bien. Querían escapar de allí. Huir. Mi mujer se mosquea. El instinto de la mujer supera al masculino con creces. Me dijo que los dos eran del Opus.

Al de dos días,  mi mujer se encuentra mirando por internet con una publicación del periodista de investigación Manuel Cerdán y nos llena de estupor. Hace un perfil de Silverio Nieto donde nos enteramos que ha sido comisario de policía, que es confesor áulico, que es la expresión que utiliza Manuel Cerdán, del ministro del Interior Jorge Fernández Díaz, miembro reconocido del Opus Dei, de lo que se enorgullece. La alarma suena en nuestra casa.

 

¿A quién coño nos han metido aquí? Le llaman «el fontanero del Vaticano«. Es un elemento que se dedica a desmontar y montar historias paralelas. Era jefe de los servicios jurídicos de la conferencia episcopal, pero le habían hecho algo en relación con los abusos en la Iglesia. De hecho, Silverio Nieto ha tenido dos condecoraciones en el transcurso de nuestra historia. Una medalla en el Ministerio de Interior y otra del de Justicia con la Cruz de San Raimundo de Peñafort, patrón de los abogados. Increíble.

 

¿A partir de ahí?

PADRE.- Luego me llamó Angel Unzueta, del Obispado de Bilbao, que ha hecho un papel, muy bueno, mientras que el Obispo ni nos ha llamado ni ha tenido la  cortesía en un caso de este calado ni preocuparse ante este drama que sufre mi hijo. Unzueta me dice que tiene que comunicarme personalmente una decisión. Quedamos varios días después en el Seminario de Vitoria, pero se precipita, y me llama un domingo. Habíamos quedado el martes, víspera 12 octubre, pero me comunica por teléfono ese domingo que ‘me han dicho que te diga que el Papa ha archivado esto’. Sin papel, ni nada. Y el 12 de octubre aparece en El Correo que el Papa archiva el caso, pero es mentira porque el Papa, no archiva nada, ni abre nada. Los que archivan son los del Tribunal de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuya cabeza visible es el Cardenal Muller, que es un elemento que últimamente sale en la prensa porque es el que más se está oponiendo a los intentos de reformas por parte del Papa. Silverio Nieto es especialista en este tipo de patrañas. Vino a donde nosotros a ver si nos podía liar o sacar información, que no le dimos porque no hay. El relato de mi hijo y el mío es la verdad, jamás cuando hemos hablado, hemos entrado en contradicción porque es imposible, no existe.

 

¿Les han pasado el informe?

PADRE.- No lo hemos visto nosotros, ni nadie. Según El Correo llego existir una especie de pericial de un sicólogo que en ningún caso había visto a mi hijo. Mi hijo no estuvo en manos de sicólogos ni nada parecido. Silverio Nieto y su acompañante en las  preguntas que nos hicieron cuando vinieron a Logroño no había ninguna de un calado sicológico, porque eran preguntas como ‘el día de  autos dónde estaba, como era el despacho donde pasó’..preguntas de campo no de análisis sicológico.

 

Luego me he enterado que esta gente acostumbra a hacer informes sicológicos sin conocer a la víctima. De hecho, la última documentación que se ha entregado en el Juzgado de Instrucción ha sido el informe de una siquiatra de Pamplona, que no conoce a mi hijo. Ha aportado un informe pericial basado en declaraciones hechas durante la instrucción y así han presentado el informe. En el Vaticano presentarían algo semejante.

 

Fue una patraña, manipulación, ni nos dejaron aportar pruebas, ni nos dijeron que habían abierto un procedimiento, la presencia de las dos personas fue mediante engaño. Todo fue así, todo eso en algún momento de la forma que sea, aunque El Correo diga que no se va a abrir que es muy complicado que la Iglesia a va a reabrir algo cerrado. La última palabra de ellos es que hay que reponer el buen nombre del procesado. Como comprenderás, lo que acaba de dictar el juez reponer no sé qué buen nombre, pero del profesor no, desde luego.

 

Por el lado de la Iglesia no parece que tenéis salida, ¿por el lado judicial?

PADRE.- Por el lado de la Iglesia, sí tenemos una esperanza, porque hemos conocido a una persona que nos está ayudando mucho. Tiene bastante cercanía con el Papa. Lo vemos muy complicado, sabiendo cómo está la Iglesia en este momento. Tenemos esperanza de que se mueva en algún momento. Nuestra idea es seguir hasta el final caiga quien caiga.

Mi mujer y yo tenemos nuestras vidas dedicadas a esta causa, porque ya es una cuestión de primero de la salud de mi hijo, porque le hace falta que este daño se reconozca y a nosotros. Han convertido esto en una guerra de una familia contra el Opus Dei. Nosotros no la iniciamos así y lo saben. Porque iniciamos la guerra de una familia contra un individuo, una manzana podrida dentro de un cesto que había que apartar. Y no quisieron, tardaron e hicieron todo lo posible para esconder la historia. Nos han hecho muchísimo daño. MI defensa no va a estar a su altura, porque tienen más poder que yo, pero si podemos cerrar ese colegio y destinarlo a obras sociales, mejor. Porque creo que las víctimas de acoso escolar y abuso son las grandes desconocidas. Creo que en tema de la violencia de género se cargan las tintas, y me parece muy bien, en estos casos de chavales y chavalas necesitan una prioridad a nivel de las instituciones públicas, porque son gentes que durante toda su vida van a estar marcados y van a tener secuelas. No necesitan ventajas, sino un plus de derechos como afectados del síndrome de down o alguien impedido por accidente laboral. Esto marca. Mi hijo sigue sin ir a clase. Se ve incapaz de entrar en un aula, porque tiene ese miedo escénico motivado por ese shock post traumático y se está viendo obligado a tener que estudiar en casa, academias y acudir a hacer los exámenes fuera del horario lectivo. Su vida no es normal, comparándola con otros chavales.

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¿Lleva así desde…?

PADRE.- Desde que lo contó. Porque recibimos la ayuda del servicio pedagógico de Educación del Gobierno Vasco que se portaron de maravilla y deberían de tener un monumento en la plaza de cada pueblo porque la labor que hacen muchas veces desconocida es excelente.

 

 

En Gaztelueta han habido más casos y estás en contacto?

PADRE.- No puedo facilitar pruebas al respecto, pero sé y me consta que la historia de Gaztelueta hay otros. También hemos sabido después que algún profesor que le apartaron del colegio, y otras historias de otros alumnos.

Mucha gente nos decía ‘ya sabéis donde os estáis metiendo, que valientes sois’. Valientes no, lo tenemos que hacer por nuestro hijo. No me consigo valiente, soy padre. Cuando a mi hijo le han puteado, no me puedo cruzar de brazos, ¿cómo le miro a la cara a mi hijo? A parte, a él le hace falta. Porque si este señor termina en la cárcel, no quiere decir que mi hijo no vaya a tener secuelas, porque las va a tener. Pero si no hay Justicia mi hijo difícilmente va a salir adelante.

 

¿Crees que va a haber justicia?

PADRE.- Justicia ordinaria espero que haya, no contemplo lo contrario. Voy a poner todo lo que esté en mi mano porque esto salga adelante. Estoy dispuesto a llegar  a donde haga falta. Es un tema que hay unas pruebas, más que evidentes, hay unos informes de parte y oficiales del juzgado que acreditan que ha sufrido acoso y agresión sexual. Y creo que en estos caso, la palabra de un menor desmonta cualquier situación, sobretodo después de que todos los informes médicos y psiquiátricos que le han hecho han dado una fiabilidad que rozan prácticamente el 100%.

 

En la declaración de la instrucción, mi hijo estuvo dos horas y media con una secretaria judicial, con una fiscal, con un abogado de defensa, con su abogada y el juez relatando los hechos. Dijo cuestiones que su madre y yo no sabíamos en su momento, porque no quería que lo supiéramos. Lo aceptamos. A una de las presentes, creo que era la secretaria judicial, se le caían las lágrimas escuchando lo que decía. El profesor estuvo cinco minutos. Dijo que no iba a contestar ninguna cuestión y solo dijo que era inocente, y que la culpa era nuestra, de su madre y mía, porque pensábamos que teníamos un hijo superdotado y que no era para tanto. No hay argumentos suficientes para desacreditar la versión de mi hijo.

 

 

El Papa crees que va a rectificar?

PADRE.- Me puedo esperar todo. Pero está sometido a esa presión.

 

Si tiene lo mismo que los jueces…¿tampoco podrá negar los hechos?

PADRE.- Si el Papa tiene la posibilidad de reabrir esto y moverlo, lo hará. Por cuestiones históricas la iglesia en este tipo de hechos,  siempre las sitúa en una reparación moral. Nos dicen ‘ten fe’. A partir de ahí, todo funciona puertas para adentro. Espero que este Papa, que da otras sensaciones, actúe.

 

¿Os ha dicho la abogada cuánto tiempo puede pasar para que se inicie el juicio?

PADRE.- No. Va en función plazo. Tienen cinco días para recurrir. No se sabe. Mis cálculos, final de año o principios del siguiente.

También me gustaría comentarte. Un caso de acoso. En Bizkaia hay tres colegios del Opus Dei, Gaztelueta, que es de la obra, y luego Mugabe (chicos) y Ayalde (chicas), que son fundación Coas. De Munabe conocí a un padre, que tenía a dos hijos en ese colegio. A una de los cuales le someten a un acoso bestial, magulladuras, golpes, en un momento dado le tienen que evacuar en ambulancia al hospital en una crisis de ansiedad. Una película. Este hombre ha empezado el recorrido antes que nosotros y ahora acaba de terminar hace dos meses, más o menos.  El error que cometió fue no ir a los medios. Fue de una forma light. Pero se ha movido a pie de calle de forma eficaz,  se ha enfrentado, le han amenazado, le tocan el portero. Ha luchado hasta hace poco, se iba a celebrar el juicio pero alcanzó un acuerdo. Le ofrecieron 20.000 euros y firmó un papel que nunca lo va a hacer público, guardado en caja fuerte. Ellos reconocen el daño que han hecho a su hijo. Este hombre tiene enferma a su mujer, está muy mal, el hijo sigue estando mal, y ante el peso que supone el juicio decide aceptar la propuesta y cuando la acepta, último día de plazo, dan la vuelta a los argumentos y quedan bien ante el resto de  los padres.

 

¿Qué el gustaría destacar de esta vivencia en estos cinco años desde que su hijo les empezó a contar el grave problema que ha padecido?

MADRE.- Dos puntos importantes que hemos vivido en el día a día y que convendría cambiar por el bien de estos menores. El primero es que es necesario cambiar la Ley Wert, por cuanto no recoge ningún supuesto que ampare a estos chicos y que les permita seguir con sus estudios a su ritmo, teniendo en cuenta que están enfermos y los altibajos que produce este tipo de enfermedad. Creo que las leyes se tienen que crear para resolver problemas y no para añadirlos.

 

Como esta situación puede que la arrastren durante muchos años, debería legislarse tanto los temas de abuso como de acoso a menores para que al igual que en otros casos tengan reconocidos unos derechos mínimos que les permita vivir con un mínimo de dignidad mientras no estén totalmente recuperados. Hablo de otorgarles un tipo de incapacidad temporal, por cuanto estos picos y el aislamiento social no sabemos cuanto pueden durar.

Por último, no se me puede olvidar que este tipo de delitos no deben prescribir nunca por cuanto en muchos casos las víctimas tardan años en contarlo. Y que cuando un niño cuenta algo así durante tanto tiempo, nunca miente.

 

Por terminar, ¿qué le diría a otras madres que estén en las mismas circunstancias o parecidas?

M ADRE.- Lo más importante que crean a su hijo, que se armen de paciencia y que acudan a una asociación como ACAE u a otros padres que hayan pasado por estos temas para que le aporten algo de luz sobre este tema, porque hemos estado muy solos y desamparados.

Juanjo Basterra

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